El jugón apoya: Días de Radio

Recuperamos esta sección para hablaros de uno de los juegos que más hipe, a mi personalmente, me ha despertado en los últimos tiempos.

Diseñado por Alejandro Maio Sasso, este juego ha supuesto todo un éxito en su país de origen, Argentina, y gracias a Mont Táber vamos a poder disfrutarlo sin necesidad de costosas aduanas e interminables periodos de envío.

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Pero ¿Qué es Días de Radio? Según nos cuentan sus autores, es un juego narrativo y colaborativo, diseñado para jugarlo entre 2 y 4 cuatro jugadores. Durante el turno, y apoyados por cartas, los jugadores se meterán dentro de la piel de los antiguos narradores de las radionovelas, para crear historias de cuatro géneros principales: policial, aventuras, ciencia ficción y terror. Cada uno de estos, a su vez, tendrá tres subgéneros distintos, por lo que estamos hablando de un total de 12 categoría diferentes.

Uno de los aspectos más destacados y positivos de Días de Radio es su duración, ya que las partidas tienen un alargue «casi» exacto de 20 minutos. Para ello se ha incluido un reloj de arena de 2 minutos, tiempo que tiene cada participante para ir narrando su parte de la historia. Un relato que se sustentará por las cartas que el jugador posea en ese momento. Cada uno de ellos y por turno, seguirá la historia por donde lo dejó el anterior,  hasta cumplir con los veinte minutos de juego.

¿Por qué apoyar Días de Radio? En primer lugar porque es un juego tanto para jugones como para no iniciados en el mundo lúdico. Además, el ap es inexistente, ya que jugamos contra el tiempo en todo momento. Si a esto le añadimos que esta edición viene cargada con más de 100 cartas, tokens, un reloj de arena y todas las recompensas que los mecenas vayan desbloqueando, a lo largo de los 40 días que dura el crowdfunding.

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¿Cuánto me va a costar el juego puesto en casa? Mucho menos de lo que sueles pagar por juegos de similares contenidos, en cualquier tienda. El mecenazgo mínimo para conseguir el juego es de 17€ (envíos incluido dentro de nuestras fronteras), aunque para los más avispados se pudo conseguir a 16€ el primer día. Por 30€ tenemos la opción de llevarnos este Días de Radio, junto con otro de los juegos del catálogo de Mónt Taber (Emporion o Its Mine).

En día y medio de campaña el proyecto ya se ha fundado a través de la plataforma VERKAMI, por lo que las primeras recompensas están a punto de caer. Buen motivo para apostar por esta joven editorial y completar tu ludoteca con un juego que asegura diversión y risas a partes iguales.

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Jugando a: Bang! El juego de dados

El sol se encontraba en su punto más alto, dejando un calor sofocante bajo él. Las calles de aquella pequeña población, a pesar de ser hora punta, no mostraba ningún tipo de actividad. Algo extraño, teniendo en cuenta que Kadiz City era una de las poblaciones más transitadas del condado.

A lo lejos, casi imperceptible por el cegador sol, comenzó a formarse una diminuta figura, que avanzaba, lentamente, hacia la plaza principal del inusualmente tranquilo lugar. A medida que se iba acercando, su contorno crecía a lo alto y lo ancho.

En el mismo instante en el que cruzaba por delante de la barbería del viejo Peter, en el extremo opuesto de la plaza, apareció la esbelta silueta de Calamity Janet, una peligrosa forajida buscada en más de siete condados, por asalto a diligencias y caravanas…

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Bang! El juego de dados nos traslada hasta el lejano oeste americano, donde la fiebre del oro y las disputas con las distintas etnias indígenas estaban a la orden del día.

Este juego es una variante rápida y ligera del conocido Bang!, que mediante un sistema de cartas, nos metía de lleno en otra época donde balas, ron y las partidas de poker ocupaban la mayor parte del tiempo.

En esta variante del juego diseñado por Michael Palm y Lukas Zach, se han eliminado algunos de los factores que, para muchos, convertían su homologo de cartas, en un juego excesivamente largo y aburrido (sobre todo si te defenestraban a las primeras de cambio). Para ello, se ha introducido el factor del azar que nos aportan los dados, con el plus de poder ser reroleados hasta en 2 ocasiones.

La esencia del juego es exactamente la misma que en el de cartas. Tenemos unos cuantos personajes que podemos elegir, cada uno con una habilidad determinada. Y, como no iba a ser menos, volvemos a tener los roles ocultos que determinarán los objetivos de cada uno de esos personajes.

  • Sheriff: El defensor de la ley, encargado de derrotar a forajidos y renegados. El único rol que se conoce desde el principio, y que cuenta con dos fichas de bala extras de gracia.
  • Alguacil: La mano derecha de la ley, que a pesar de tener que ajusticiar y apoyar a su superior, debe mantenerse oculto para no acabar como un colador.
  • Forajido: El auténtico villano del lugar, su misión es acabar con el sheriff para poder actuar sus anchas.
  • Renegado: No entiende de bien y de mal, únicamente se guía por su instinto más primitivo, el cual le dice que debe acabar con todos.

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Hasta aquí, como podemos ver, es todo igual. La cosa comienza a variar en el momento que en lugar de coger cartas, vamos a tirar los cinco dados que vienen incluidos en el juego. Cada cara de estos dados, va a venir representada por un símbolo que indica una acción. Estas van a ser:

  • Diana de 1: ¡BANG! Nos permite pegar un tiro a distancia de uno, es decir, podemos quitar una bala de vida al jugador de nuestra izquierda o de nuestra derecha.
  • Diana de 2: ¡BANG! ¡BANG! Igual que la anterior, pero pero a un oponente situado a dos puestos de nosotros.
  • Flecha: ¡Que vienen los indios! Esta es una de las caras que mas problemas ocasionan, ya que  cuando caen en mesa, te otorga una ficha de flecha. La parte positiva es que podemos volver a lanzar el dado si procede.
  • Dinamita: ¡Cuidado, que puede explotar! junto con la anterior, la otra acción que no podremos rerolear. Con una o dos no ocurre nada, pero si nos juntamos con tres se activa y nos hace perder el turno, además de quitarnos una bala de vida.
  • Cerveza: Nada mejor que una refrescante bebida espumosa para recuperarte a ti, o a otro jugador a tu elección, de una bala de vida.
  • Ametralladora Gatling: ¡Tomad plomo! Si conseguimos juntar tres de estos iconos, activaremos esta bestia, eliminando todas nuestras fichas de flechas e infringiendo un punto de daño al resto de jugadores.

Pero ¿qué son las flechas? Pues, aunque suene raro, es la forma mas sencilla de perder puntos de vida. Y es que se van acumulando hasta que un jugador deje vacía la reserva de las mismas. En ese momento nuestros amigos, los pieles rojas, nos hacen perder una bala de vida por cada una de estas fichas en nuestro poder. Una vez terminada la sangría las flechas vuelven a estar disponibles de nuevo para una próxima masacre.

A groso modo, este sería un pequeño resumen de lo que nos aporta Bang! El juego de dados. Tiramos dados, nos quedamos lo que nos interese más las flechas y las dinamitas, volvemos a tirar lo que no queramos y así hasta en dos ocasiones. Una vez terminado el reroleo, asignamos daños, tomamos o repartimos las cervezas si las hubiese, cogemos las fichas de flecha y pasamos los dados al siguiente jugador.

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Una mecánica sencilla, bastante azarosa, pero muy dinámica y divertida. El numero de jugadores es bastante variable, pero yo lo recomendaría jugar a partir de 4, ya que cuanta más cantidad de roles en juego, más emocionante se hacen las partidas. Además, el sistema al ser tan rápido, y las acciones tan limitadas, el AP es mínimo, por lo que no se va a ir mas allá de los 15 minutos.

Un filler muy recomendable, tanto para jugones como para no iniciados, que aporta grandes piques, muchas risas y altos sentimientos de venganza.

 

 

Jugando a: El Principito, hazme un planeta

«—¿Qué cosa es esa? —Eso no es una cosa. Eso vuela. Es un avión, mi avión.
Me sentía orgulloso al decirle que volaba. El entonces gritó:
—¡Cómo! ¿Has caído del cielo? —Sí —le dije modestamente. —¡Ah, que curioso!
Y el principito lanzó una graciosa carcajada que me irritó mucho. Me gusta que mis desgracias se
tomen en serio. Y añadió:
—Entonces ¿tú también vienes del cielo? ¿De qué planeta eres tú?
Divisé una luz en el misterio de su presencia y le pregunté bruscamente:
—¿Tu vienes, pues, de otro planeta?
Pero no me respondió; movía lentamente la cabeza mirando detenidamente mi avión.
—Es cierto, que, encima de eso, no puedes venir de muy lejos…»

De todos es conocido la famosa obra literaria que, bajo el nombre de Le Petit Prince, un aviador francés llamado Antoine de Saint-Expupéry, editase en el año 1943. Extraño es el joven, que bien por placer o por imperativo escolar, no ha leído este pequeño cuento protagonizado por un piloto y un niño proveniente de otro planeta.

Con estas premisas, y adoptando los iconos más significativos de la obra literaria, la editorial Asmodee puso a la venta, en 2013, la adaptación de juego de tablero, de este clásico de la literatura europea.

Diseñado por Antoine Bauza y el siempre valorado, Bruno Cathala, el juego obtuvo durante dos años consecutivos, numerosos premios y nominaciones en algunos de los más prestigiosos festivales lúdicos de nuestro continente.

A primera vista, su estética infantil y simplona, puede parecernos que es un juego diseñado para niños, y que poco o nada de diversión puede llegar a sacar un adulto. Nada mas lejos de la realidad, ya que la mecánica del juego, esconde algo más que dibujos simples y coloridas estampas.

Si habría que situar este Principito, dentro de alguna de las categorías generales de los juegos de mesa, se situaría entre un juego familiar y un filler. Y es que además de ser un juego con unas reglas sencillas (1,59 de peso en la bgg), sus partidas suelen ser bastante rápidas, sobre todo cuando se ha jugado más de una vez.

Llegados a este punto explicaremos,muy por encima, como podemos construir nuestro propio planeta, de forma que sea más valioso que el del resto de nuestros oponentes. Para ello contaremos con una serie de losetas de 4 tipos distintos. Cada uno de estos tipos van a formar las esquinas, los contornos y el centro de nuestro planeta. Y es que, cada uno va a estar representado por un total de 16 losetas, formando un pequeño mosaico de 4×4. Dichas losetas van a situarse bocabajo en la zona común de los jugadores, y en cada fase, el jugador que lleve el turno seleccionará 2, 3, 4 o 5 losetas (depende el número de jugadores) de uno de los tipos. Seleccionará una de ellas y dará el resto a un oponente a su elección, este realizará la misma acción y hará lo mismo, con las losetas restantes y los jugadores que aún no hayan seleccionado este turno. El participante que recibe la última loseta (la que quedaba), será el jugador inicial del siguiente turno, con lo que compensamos el quedarse con el sobrante.

Como podemos ver, en cada turno el orden de jugadores va a ser distinto, siendo este el punto mas táctico del juego, ya que en ocasiones nos interesará dejar las peores losetas a los que parezca que tengan los objetivos más claros, y esto únicamente podemos hacerlo dejándolos elegir cuando queden pocas opciones.

Pero ¿cual es el objetivo, si hay losetas suficientes para que cada jugador complete su 4×4? Bajo cada uno de los cuadrados de cartón, además del contorno del planeta, zona interior o espacio exterior, hay una serie de dibujos que representan los elementos más emblemáticos del famoso libro. Animales de granja, serpientes, farolas, baobas (el arbolito para los que no se hayan leído el libro), volcanes, rosas y estrellas son los elementos que van a venir repartidos por las diferentes secciones de nuestro planeta. Estas, una vez seleccionadas se colocaran descubiertas, con lo que todos los jugadores pueden ir viendo los recursos que vamos a obtener de cara a la puntuación final.

Únicamente hay una regla que se debe aplicar sobre la construcción de nuestro planeta, además de la de mantener la simetría esférica del mismo. No puede haber mas de dos baobas en él. En el caso de tener que colocar un tercero, tanto esta última loseta como las otras dos que ya estaba dispuestas en nuestra zona de juego, deben ser giradas, por lo que no puntuaran ninguno de los elementos que acompañaban al misterioso árbol. Eso si, tendremos la oportunidad de volver a colocar dos nuevos en este original planeta.

Pero ¿todo lo que ponemos nos puntuará tras la ronda final? Lamento comunicar que no, ya que las losetas de las cuatro esquinas, corresponden a los distintos personajes que protagonizan la historia de El Principito. Cada uno de estos personajes va a dar puntos a algunos de los elemento citados anteriormente, por lo que conseguir puntuar por todo va a ser casi imposible. Uno puntuará los animales, otro las estrellas, etc…

La gracia, y lo que le da ese toque táctico al juego, es que estas losetas de personajes van a permanecer oculta para el resto de los jugadores hasta finalizar el último turno. Por ello solo podemos intuir hacia que tipo de elementos va encaminada las acciones de nuestros oponentes, pero no lo sabremos a ciencia cierta hasta que no haya finalizado el juego.

Hay algunas reglas especiales que se aplicaran a estos elementos, como la que dice que las rosas no puntuarán si tenemos mas de dos en nuestro planeta, o la que indica que el jugador con mayor cantidad de volcanes en su globo, pierde tantos puntos como número de estos posea.

Sencillo, divertido, familiar y tremendamente adictivo esta adaptación lúdica del clásico de la literatura infantil cuya, única pega, puede ser el análisis-parálisis generado por aquellos que aún no dominen bien las reglas. Aunque, lo habitual, suele ser que en las primeras partidas los menos experimentados cojan las losetas por el numero de elementos que contiene, más que por lo que van a aportar en la puntuación final.